miércoles, 15 de octubre de 2008

Piramdes. Lejados de Ostentación

Las pirámides egipcias; el legado de un gran imperio.

“Las pirámides son el símbolo por excelencia de la cultura del país del Nilo. A pesar de las investigaciones más actuales, existen multitud de mitos en torno a ellas.

Esto es debido principalmente a la complejidad de sus construcciones, ya que no se trataban simplemente de edificios funerarios, sino que tenían una gran carga simbólica, así como la infraestructura necesaria para su construcción y mantenimiento, que incluye una tecnología y unos medios muy avanzados para la época.
Antes incluso del período dinástico aparecen ya ciertas tumbas cuya parte visible estaba recubierta por un montículo de arena, símbolo de la aparición del sol, del renacimiento a una nueva vida. El nacimiento y el renacimiento se unen en uno solo. Lo que en un principio era solamente una tumba pasa a ser también la morada del difunto, y por tanto, ha de tener en su interior todo lo necesario para la subsistencia.
El concepto de la elevación hacia el sol, surge en la Dinastía III, constituyendo toda una revolución, tanto ideológica como arquitectónica.
En concreto, el segundo faraón de la Dinastía III, Netchervjet encargó a un Sumo Sacerdote de Ra, Imhotep, que también era arquitecto, la edificación de su tumba. Siguiendo la tradición, Imhotep construye una mastaba. Pero, sin que se sepa bien la razón, la transforma en una pirámide escalonada.
Es entonces cuando aparece por primera vez el concepto de "elevación". La pirámide pasa a ser una escalera por la que el rey asciende al cielo. Es en este momento cuando confluye las dos concepciones del más allá: la tradicional, o subterránea, y la que sube hacia lo celestial.


Pirámide de Zoser.

Al poco tiempo, la pirámide pasa a ser la representación de la comunión del faraón con la divinidad.
La importancia de Imhotep y de Netchrvjet no sólo radica en sus nuevas concepciones religiosas, sino en el nuevo uso que dan a la piedra en la arquitectura.

A partir de Snefru, primer faraón de la Dinastía IV, tiene comienzo la búsqueda para la construcción de pirámides geométricamente perfectas. Se deja de lado la forma escalonada y se da paso a la pirámide de caras lisas.
En este momento también se empieza con la edificación de los complejos funerarios que caracterizarán al Reino Antiguo, compuestos por una estructura piramidal básica, varias pirámides "secundarias" y dos templos unidos por una avenida.
Este afán por conseguir la perfección de la forma piramidal lo podemos encontrar en la construcción de las dos pirámides de Dashur, conocidas como romboidal y roja.



Pirámide de Dashur.

En la primera, "El Brillo del Sur", se tuvo que corregir el excesivo ángulo de inclinación inicial, suavizándolo posteriormente para evitar un posible hundimiento.
Esto llevó a Snefru a construir edificar una nueva pirámide, la roja, o "Pirámide Reluciente", en la que ya se consigue una notable perfección arquitectónica.
La mayor plenitud de formas y proporciones en las pirámides se alcanzó bajo el reinado del hijo de Snefru, Jufu (Keops).

En la meseta de Guiza, un poco más al norte de Dashur, se construyó la pirámide más grande conocida, "El Horizonte de Jufu", que sentó las bases para las que se levantarían posteriormente, tanto por las técnicas empleadas como por la perfección de sus formas, y que su hijo Jafra (Kefrén) reproduciría para sí mismo aunque con un tamaño algo menor.

Pirámides de Gizeh.



Pirámide de Kefren en Gizeh. Pirámide de Micerinos en Gizeh.

A partir de entonces, las dimensiones de las pirámides se reducen notablemente, sin conocer exactamente la causa.

Durante la Dinastía V surgen dos importantes elementos, la construcción de un templo solar dentro de la necrópolis y la inclusión de textos funerarios en la cámara funeraria.


El uso de la pirámide como lugar de enterramiento se siguió utilizando con posterioridad. En las Dinastías XII y XIII se continuaban realizando este tipo de tumbas, aunque debido al uso de abobes y simples cascotes de piedra para la construcción del núcleo y al hecho de haber sido reutilizados varias veces, además de los saqueos sufridos, los restos que permanecen no son de gran espectacularidad.

Pirámide de Keops.

Los monarcas de la Dinastía XVII fueron los últimos en utilizar las pirámides como lugar de su última morada en la necrópolis de Dra Abu el-Naga. Aunque no tenemos restos de ellas, se sabe que eran de tamaño muy reducido, de unos 10 metros de lado aproximadamente.”




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